MODOS DE AFRONTAR LA CRISIS
Ante una
crisis como la actual cada uno puede afrontarla de manera distinta. Lo que sí
está claro es que solo la enfrentamos cuando nos toca directamente, mientras
tanto creemos que lo que les pasa a los otros a nosotros no nos va a tocar.
Vemos que la
gente está perdiendo su empleo, que los que lo conservan ven reducidos sus
derechos como trabajadores, que otros tienen peor suerte y también pierden la
casa, la mayoría de las veces como consecuencia de haber perdido el empleo y ver
como es imposible pagar esa hipoteca que
el propio banco les dijo que estaba avalada solo con el propio hogar pero que
ahora resulta que no vale ni la mitad de lo que le dijeron por lo que tiene que
entregarla y además seguir pagando la dichosa hipoteca de un bien que no tienen,
sin que nadie le pida al banco responsabilidad por haber consentido esas
valoraciones a todas luces desproporcionadas sabiendo, como sabían, que si
algún día pasaba esto nadie iba a poder hacer frente a los préstamos.
Además vemos
cómo el gobierno incumple una y otra vez sus promesas electorales y claro como
nosotros no les votamos pensamos “que se
jodan sus votantes, que les han engañado”.
Estamos
observando como les quitamos derechos básicos a personas cuyo único delito es
intentar buscar una vida mejor y que hay que pensar un momento cómo será su
vida en su país cuando se conforman con lo que se conforman aquí, pero a los
que no nos ha importado explotar, tanto a ellos como a sus países, cuando nos
hemos apropiado de todas sus riquezas convirtiendo su hogar en un páramo en el
que vivir es solo esperar.
Vemos
claramente como están cerrando las puertas de la universidad a todos aquellos
cuyas familias no puedan pagar una millonada para que sus hijos tengan la misma
formación que otros, de los que solo se diferencian por haber nacido en una u
otra familia pasando por alto el derecho de todo el mundo a buscar un futuro
mejor y a tener las mismas oportunidades mediatizadas solo por la capacidad de
cada uno.
La única
receta que el gobierno parece tener clara es hacernos pagar dos veces por todo:
por los medicamentos, que ya pagamos en nuestras cuotas a la Seguridad Social y
que tenemos que volver a pagar al llevárnoslos de la farmacia, por las
carreteras, construidas con nuestros impuestos y por las que vamos a tener que
pagar para poder circular por ellas a la vez que aguantamos los baches de los
que más vale no quejarse no vayan a darnos un pico y una pala para que los
arreglemos nosotros…
Mientras tanto
podemos ver que a todos los que de alguna manera son responsables de la crisis
se les trata con extremada cortesía ofreciéndoles amnistías fiscales, usando
dinero público para rescatar sus negocios bancarios, destrozando el futuro de
millones de personas para contentar a lo que hemos dado en llamar “los
mercados” y que no son sino los especuladores y usureros de toda la vida a los
que por desgracia nuestros países, tan modernos y poderosos ellos, han
entregado toda su independencia económica, solo que ahora no actúan desde una
oficinita en el pueblo sino desde estupendos edificios con enormes pantallas
que les mantienen informados de lo que pasa en todos los países para saber
quién está a punto de ahorcarse pero no para ir a ayudarle, sino para ir a
tirarle de los pies. Los mismos que han provocado el caos en el que vivimos y
que recibieron grandes cantidades de dinero público para que no se hundieran y
que ahora amenazan constantemente a los Estados con dejarlos caer si no cumplen
todas su ordenes, y los Estados las cumplen, claro, porque creen que si no lo
hacen se hunde el mundo y olvidan una regla de la economía de mercado que dice
que tan importante es el que tiene el bien como lo es el posible comprador, si
nosotros nos hundimos a ellos se les acaba el chollo.
Y todo esto lo
vemos desde la barrera hasta que llega el momento en que nos toca directamente.
Pues bien, no se equivoquen, ya hace tiempo que nos toca directamente. Cuando
suben las tasas universitarias a la vez que endurecen el sistema de becas,
cuando ponen en marcha el copago sanitario y se vanaglorian de no bajar las
pensiones pero en cambio hacen que los pensionistas paguen una parte de los
medicamentos que necesitan, cuando decretan amnistías fiscales mientras a la
vez tratan a cualquier autónomo como a un defraudador en potencia, cuando
cortan cualquier subvención a las energías renovables arruinando la posibilidad
de independencia energética y haciendo aún más ricas y poderosas a las empresas
productoras de energía sucia y contaminante, además de cara, y dejando el paso
libre a otros países que sí ven que en esas formas de energía es donde está el
futuro… cuando hacen todo eso y más, no olvidemos la promesa del Sr. Rajoy de
que cada viernes habrá nuevas medidas de reforma, es a nosotros, es a ti, a
quien atacan directamente. No solo a tu futuro y al de los tuyos sino también a
nuestro presente, que están convirtiendo en pesadilla de la que además nos
quieren convencer de que no hay salida posible nada más que la que ellos nos
muestran.
Por todo esto
ha llegado el momento de levantar la voz, de movilizarse, de demostrarles que
estamos dispuestos a hacer sacrificios, pero no a que nuestros sacrificios solo
sirvan para hacer más ricos a unos cuantos. No se trata de no gastar, sino de
gastar bien. No se trata de no recortar sino de recortar en aquello que de
verdad no hace falta, en aquellos gastos tan inútiles que nos sonrojan con solo
pensarlo (aeropuertos sin aviones, coches oficiales para cualquier mindundi de
la administración, millones para el ejercito y las confesiones, inversiones en
AVE’s que van medio vacíos cuando muchas provincias no tienen ningún servicio
ferroviario tradicional…)
A todos nos
corresponde la responsabilidad de salir de esta crisis y de cómo será nuestra
sociedad cuando lo consigamos. Tenemos que decirle al Gobierno que tiene que
gobernar pero con nosotros y para nosotros, no solos y para los mercados.
No pienses que
esto no va contigo, todos sufrimos las consecuencias de la crisis y todos
sufriremos los resultados de las políticas que se están haciendo para salir de
ella. La política y la democracia no es solo votar cada cuatro años, se
construye día a día y es nuestra responsabilidad que esto sea así.
Por todo esto
solo hay un modo de afrontar la crisis, defendiéndonos de ella y de los que con
su excusa quieren arruinarnos pero no para ahora sino para siempre. Somos menos
poderosos pero somos muchos más. Sal a la calle, protesta, da soluciones
alternativas, defiende a los que más sufren las consecuencias de una crisis que
no han provocado, participa. Si no sabes cómo hay partidos políticos,
sindicatos, ong’s que sí saben, busca tu sitio y hazte oír, todos somos
necesarios.
Yo lo tengo claro, ¿y tú?
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